En el universo de Mobile Suit Gundam 00, donde las batallas espaciales y la política dominan la trama, hay personajes que, sin empuñar un arma, resultan esenciales para la lucha. Feldt Grace es una de esas figuras clave: una joven callada, observadora y extremadamente talentosa cuya evolución a lo largo de la serie la convierte en un símbolo de crecimiento personal y determinación.
Criada en la sombra de una causa
Feldt Grace nació en el año 2293, en un mundo marcado por la lucha entre facciones con distintos intereses geopolíticos. Pero su historia personal comenzó incluso antes de su nacimiento. Sus padres, Ruido Resonance y Marlene Vlady, fueron Gundam Meisters en la primera generación de Celestial Being. Sin embargo, su destino estuvo marcado por la tragedia: ambos murieron durante una misión, dejando a Feldt huérfana desde muy pequeña.
Al no tener una familia tradicional, Feldt fue criada dentro de Celestial Being, convirtiendo la organización en su único hogar. Este entorno influyó enormemente en su personalidad: creció con una mentalidad reservada y distante, sin la calidez de una infancia común. Su manera de comunicarse con el mundo era a través de las máquinas y los sistemas operativos de la nave Ptolemaios, donde pronto demostraría ser una pieza fundamental.
Más cómoda con las máquinas que con las personas
Desde el inicio de la serie, Feldt se presenta como una persona extremadamente reservada. Su expresión neutral y su tono de voz calmado contrastan con las personalidades más extrovertidas de otros miembros de la tripulación. En muchos aspectos, parece sentirse más cómoda en compañía de Haro, el pequeño robot compañero de Lockon Stratos, que con otros humanos.
Pero su aparente frialdad no significa falta de emociones. A través de pequeños gestos y miradas, Feldt deja entrever su profundo sentido de lealtad y su deseo de conexión con los demás. La diferencia es que, a diferencia de otros personajes más expresivos, Feldt lucha con la forma de demostrar lo que siente.
Las pérdidas que marcaron su camino
Uno de los momentos clave en la vida de Feldt ocurre con la muerte de Lockon Stratos (Neil Dylandy). Para ella, Lockon era más que un piloto talentoso: era una de las pocas personas que la trataba con calidez y que la hacía sentirse valorada dentro de la tripulación. Su pérdida fue devastadora y la obligó a enfrentar el dolor de la muerte de una manera completamente nueva.
Otro golpe emocional importante fue la muerte de Christina Sierra, su compañera y una de las pocas amigas que tenía. Christina representaba el lado más humano dentro del Ptolemaios, alguien que intentaba sacar a Feldt de su caparazón y acercarla a los demás. Su muerte dejó un vacío en la joven operadora, reforzando su sentimiento de aislamiento, pero también dándole una nueva perspectiva sobre la importancia de los lazos personales.
El peso del legado y la llegada de un nuevo Lockon
Cuando Lyle Dylandy, el hermano gemelo de Neil, se une a Celestial Being y asume el título de Lockon Stratos, Feldt experimenta una confusión emocional evidente. En él ve el reflejo del hombre que admiraba y, en cierto modo, amaba. Sin embargo, Lyle es un individuo completamente distinto a su hermano: menos idealista, más pragmático y con un enfoque diferente hacia la guerra.
A lo largo de la segunda temporada, Feldt debe aceptar que Lyle no es una segunda oportunidad para revivir su vínculo con Neil, sino alguien con quien debe formar una relación completamente nueva. Este conflicto interno es uno de los aspectos más sutiles pero interesantes de su evolución como personaje.
Un amor silencioso y la flor que lo dice todo
Entre todas sus relaciones, la más inesperada es la que desarrolla con Setsuna F. Seiei, el protagonista de la serie. Aunque su conexión no es romántica en el sentido tradicional, hay un momento clave en el que Feldt expresa sus sentimientos de la manera más pura posible: le entrega una flor del desierto.
En un mundo lleno de guerras y tecnología, un gesto tan simple como ofrecer una flor representa algo profundo. Feldt, que siempre ha luchado para expresar sus emociones, encuentra en este acto una forma de demostrar su aprecio y esperanza. Aunque Setsuna, por su propia naturaleza distante, no responde de la manera esperada, el momento simboliza el crecimiento emocional de Feldt y su disposición a abrir su corazón, incluso en medio del conflicto.
De operadora a pieza clave de la misión
Feldt comienza la serie como una simple operadora táctica, pero a lo largo de la historia se convierte en mucho más que eso. Aprende a tomar decisiones críticas bajo presión, ayuda en la coordinación de misiones de alto riesgo y se vuelve una persona en la que todos pueden confiar.
En la segunda temporada y en la película Gundam 00: Awakening of the Trailblazer, Feldt demuestra una madurez notable. Aunque nunca se convierte en una combatiente, su papel en la tripulación es indispensable. Ya no es la niña callada que solo sigue órdenes; ahora es alguien que contribuye activamente al éxito de Celestial Being, tanto en la batalla como en la reconstrucción de la paz.
Feldt Grace no es una heroína en el sentido tradicional. No pilota un Gundam, no lidera batallas y no tiene discursos grandilocuentes. Sin embargo, su presencia en Gundam 00 es fundamental para la historia y para los propios espectadores.
Su evolución de una niña introvertida y solitaria a una joven fuerte y emocionalmente consciente es un recordatorio de que no todas las batallas se ganan con armas. A veces, el crecimiento personal, la capacidad de enfrentar el dolor y la voluntad de seguir adelante son las mayores victorias.
En un universo donde la guerra parece interminable, Feldt Grace es una prueba de que la verdadera fortaleza también puede encontrarse en la calma, la lealtad y la determinación de seguir adelante, sin importar cuán oscura sea la galaxia que nos rodea.